malditas obligacione...

Miré el exterior y observé cómo la luna descendía.- Pronto amanecerá - dije mirando a la luna. La última vez que vi la luna llena . . . fué cuando me transformé en licántropo por culpa de un mordisco y noté que me moría . . . no pude evitar que esos pensamientos o recuerdos volvieran a mi cabeza. Me relajé apoyando la cabeza en la corteza del árbol. El viento cortaba mi cara y cerré los ojos para no mirar más la luna . . . pero esos pensamientos continuaban amenazando a mi ser. Ni me podía imaginar lo que podía haber pasado si Kira no me hubiera encontrado . . .

Abrí de nuevo los ojos incorporándome para mirarla.- Tranquila, no pasa nada - dije para intentar tranquilizarla. La luna ya no me atraía, puesto que descendía del firmamento con prestancia y estaba pensando en otros asuntos . . . aunque indirectamente estaban relacionados con la luna. No me podía quitar de la cabeza todo lo que ocurrió . . . la hipotermia . . . las fiebres de la licantropía . . . todo giraba alrededor de mi cabeza. Volví a relajarme dedicándole una leve sonrisa.

- No me lo puedo quitar de la cabeza - dije cerrando los ojos.- Desde eso, todo ha cambiado drásticamente . . . ha sido un cambio muy importante en mi vida y ha ocurrido en muy poco tiempo . . . no se cómo sentirme . . . - los abrí volviendo mirar la luna que descendía progresivamente.- Puede que este sea mi destino . . . aunque de todas formas, no me arrepiento - le confesé girando mi mirada hacia ella y le sonreí.- Qué iba a hacer yo sin ti - dije alegremente.

- ¿Por qué iba a hacerlo? - le pregunté con curiosidad.- Cierto es que no me acostumbro a ser licántropo . . . y que no sigo sus reglas . . . pero sin duda alguna conocerte ha sido la mejor situación de mi vida . . . cuando estoy cerca tuya, me olvido de todo y simplemente soy feliz viéndote respirar, escuchar los latidos de tu corazón . . . - luego miré la luna.- Quizás este sea mi destino y deba aceptarlo como tal - dije con la certeza de que era verdad.- Por cierto, ¿sabemos algo de los ángeles? - pregunté para desviarme del tema, me estaba poniendo muy sentimental y me sentía raro así.

- ¿Quieres que vaya en su búsqueda? - le pregunté pensativo.- Cuanto antes le encuentres, mejor, ¿no? - dije mirando el cielo.- Puede ser que las cosas cambien si no lo encuentras pronto, lo mejor es que vaya yo tambien en su búsqueda - bajé la mirada al suelo.- Así por lo menos los demonios no tendrán razones para un golpe de estado -

- Como quieras - dije acomodándome la cabeza contra el árbol.- La verdad es que nunca me has ordenado una misión, ¿tan inútil soy? - dije sonriendo. La luna se escondía por las colinas y el sol empezaba a emitir algunos rayos de luz. Me preguntaba si la noche siguiente estaría capacitado para poder proteger a Kira . . . ya que era la noche clave.

- Pues vaya, menuda misión, y yo sin saberlo - afirmé con una sonrisa imborrable en la cara.- Pareces muy celosa . . . ni que fuera el licántropo más guapo del mundo y todas las chicas me quisieran - dije riendo.- Y qué, ¿estoy llevando bien a cabo mi misión, o Su Majestad se siente poco querida y algo distanciada de su apuesto licántropo? - pregunté siguiendo mi propio juego mientras seguía sonriendo.

Le besé en la mejilla.- Si sigues abrazandome, seguro que alguna seguidora mía nos ve y pierde las esperanzas - dije divirtiéndome con mi juego. Después la abracé como estaba haciendo ella.- ¿Crees que queda espacio en mi corazón para alguien más que tú? - le pregunté al oído algo serio.

Me aparté de su oído para poder mirarle a los ojos.- Pues entonces luego no me eches en cara que le diga un piropo a más de una - dije sonriendo.- Esperemos que esta noche sea tranquila . . . - dije mientras veía aparecer el sol en el cielo, y la luz inundaba la pequeña estancia de sombra que había. Hice desaparecer las ondas sónicas dejando que el sitio quedara iluminado.

- Pues ya somos dos - me separé lentamente de ella y me levanté. Miré de frente el sol y desvié la mirada a los pocos segundos por su deslumbramiento. Miré hacia el castillo.- Será mejor que volvamos . . . probablemente se estarán preguntando donde estás el día de la Luna Violácea - dije inventandome un nombre para la ocasión y sonreí levemente. Le tendí la mano para ayudarla a levantarse.

Le seguí colocándome a su altura.- Bueno, habrá que volver a disimular . . . - después de decir eso me dí cuenta de que tenía mi ropa ajada por la transformación de la noche anterior . . . llevaba el torso al descubierto.- T_T ¿Y ahora que hago yo con esto? - dije mientras me volvía a mirar de arriba abajo.

- Bien, me adelantaré para que la tapadera sea más creíble - me transformé en lobo y empecé a correr hacia el palacio no sin antes mirarla. Cuando llegué a la ventana de mi cuarto, salté hacia ella (que por suerte estaba abierta) con ayuda de algunas ondas sónicas y acabé en el interior de la estancia. Suspiré de alivio.