intentando encontrar habitacion...

El agua me empapó y me metí en el mar, llegándome el agua a las rodillas.- Eres mala Kira - dije con una divertida sonrisa. Empecé a echarle agua mientras me iba metiendo poco a poco y cuando ya estaba metido completamente, empecé a nadar hacia el horizonte.- ¡A ver si me cojes! - con el oleaje no avancé mucho, aunque si me alejé lo suficiente de Kira. Me fijé en su bañador y era bastante provocador, tuve que meter mi cabeza debajo del agua para ocultar mi rubor.

Saqué la cabeza a flote y lo primero que ví fué a Kira de espaldas. Fuí acercándome lentamente a ella y después me coloqué enfrente suya.- Casi me pierdo - dije alegremente mientras le sonreía cerrando los ojos. Después le tomé de la mano.- Ven, he encontrado una cosa preciosa debajo del mar, toma aire y te guío - dije mientras llenaba mis pulmones de aire y me sumergía en el mar.

La miré y luego nos dirigimos al fondo del mar. Allí señalé unas luces que brillaban continuamente. Me preguntaba qué serían, aunque parecían monedas de oro, quizás algunas joyas de una embarcación real que había naufragado o algo por el estilo. Cuando llegamos a tocar el fondo, extendí mi mano y agarré un puñado de esas luces aun no identificadas. Me brillaban los ojos de la emoción, y mi corazón iba a mil por hora.

Empecé a nadar hacia arriba ya que nos quedaba poco oxígeno en los pulmones. Apreté con fuerza la mano de Kira para que en un descuido no la soltase. Cuando llegamos a la superficie, respiré profundamente mientras empezaba a relajarme los músculos en la orilla.- Uff . . . un poco más y acabamos con los pulmones inundados de agua - dije sonriendo mientras me tumbaba en la arena con el preciado tesoro en la mano derecha, aunque no me fijé ni que lo tenía, tenía ganas de descansar un poco.

Después me percaté de la preciada carga que portaba en mi mano derecha y me incorporé para ver de que se trataba. Al abrir la mano, me llevé una gran decepción. Era todo cristales de vidrio, que parecían piedras preciosas. Decepcionado, tiré los desgastados cristales y los enterré, aunque me fijé que había algo que no era vidrio. Parecía un collar. En efecto, un collar hecho de algún material precioso. Qué mejor forma de combinarlo que poniéndoselo a la cosa más bella que había en la playa. Delicadamente, le puse el collar a Kira.- Espero que te guste >///< - dije mientras le ataba el collar y sonreía.

Spoiler:

Me sorprendí cuando me abrazó. Quizás me dejé llevar por la situación y tambien la abracé.- Espero que te haya gustado, esa inversión ha tenido una buena recompensa - dije mientras sonreía. Al abrazarla sentí una sensación de alivio, compañía y cariño. Me encantaba esa sensación, aquella sensación que noté en el palacio cuando me acarició la cara, cuando me besó tiernamente en la mejilla anoche, cuando la agarraba de la mano y ahora que estabamos abrazados.

Muy a mi pesar, dejé de abrazarla mientras le sonreía felizmente. Después, como muchas veces me había ocurrido, me quedé sin palabras contemplando su rostro. Era feliz mirándola, las palabras sobraban, ya hablaban de por sí nuestras miradas. No había experimentado tal grata sensación en toda mi vida. No sabía por qué ocurría, siempre que me lo preguntaba decidía mirar sus ojos e intentar averiguarlo, pero quedaba hipnotizado y no sabía responder.

Me tumbé sobre la arena.- Descansemos un poco - me limité a decir mientras miraba el cielo. No había ninguna sola nube, y el sol era el único astro que se veía en el firmamento.- Luego decidiremos a dónde ir - dije mientras desviaba mi mirada hacia ella y sonreía.

Cerré los ojos lentamente y me quedé profundamente dormido. El cálido ambiente era debido al sol que siempre nos espiaba y aunque sin mirarlo, sabemos que está ahí dándonos calor para poder sobrevivir sin pedir nada a cambio. Me quedé inmóvil a pesar de estar durmiendo, aunque soñaba en voz alta mientras dormía.- Cho . . . Chocolate *-* - dije mientras aún seguía dormido. Mi cara representaba una felicidad inmensa, a saber en qué estaría soñando.- Ki . . . Kira . . . - sentencié y acabé totalmente dormido sin soñar en voz alta.

Me extendí con los brazos abiertos al igual que las piernas para que cualquier pizca de aire llegase a alguna parte corporal y me aliviase ese sofocante calor. Mientras tanto, apreté mi mano izquierda contra la arena y la relajaba, así continuamente. Estaba soñando con mi exilio y me resultaba doloroso. Por lo menos empezó a correr una suave brisa que me apaciguó el calor.

Empecé a mover la cara de un lado a otro, hasta que con la llamada de Kira me desperté de golpe, tan de golpe que me incorporé y casi beso a Kira de no ser porque me paré en seco antes de llegar a sus labios.- Ho . . . Hola - dije mientras mi cara empezaba a sonrojarse bastante. En esa situación no sabía que hacer, ni una de mis típicas sonrisas salía al exterior.

Desvié la mirada y observé que su mano estaba apoyada en mi pecho, por lo que me puse aún mas colorado. Después, la miré y asentí.- Estaba soñando con mi exilio - dije sin dudarlo, no tenía secretos para Kira.- He soñado muchas cosas en poco tiempo . . . - afirmé mientras la miraba. de nuevo había caído en la trampa de su mirada rojiza. Esa mirada ya estaba grabada en mi mente.

Le acaricié con ternura la cara.- Tranquila, gracias a ese mal trago te he conocido a ti, y volvería a pasar esa mala temporada si con eso consiguiera estar contigo para siempre . . . - no pensé en mis palabras, éstas salieron por sí solas. Después aparté el pelo de su cara para poder mirarla mejor.- Kira, mi sufrimiento ha tenido como recompensa ver esos ojos que nunca se borraran de mis recuerdos -