Paseando por mi querida ciudad

Off: Anastasia. No puedes roelar sino te pones una foto o algo de avatar.

Palathas. Una ciudad viva y que no tiene fin. Un lugar ideal para dar un buen paseo o hacer gamberradas, todo se iria viendo. Hiba paseando por la calle principal lugar donde toda la gente hiba de un lado a otro y yo sin poder ver nada pues habia demasiada gente para mi gusto. Intenté abrirme paso y al girar por una esquina me choqué contra algo y caí al suelo - Aih, que daño.

off: en eso estaba xD perdon no me habia leido esa parte de las normas ejem...


Al oir una voz que sobresalia ligeramente por encima de las demas me fgire y vi al chico que se acababa de caer. Sin decir nada me acerque a el y le tengi la mano con una sonrisa, tenia algo que me hacia sentir rematadamente bien.

off: Me habia chocado contra ti por culpa de la multitud. Pero da igual, sigamos.

Levanté la mirada y vi que una chica me tendia la mano para levantarme. Le di la mano y me puse de pie. Era una chica y vi como era, su [b]pelo era rubio recogido en una larga coletra lateral. De estatura mediana y complexión delgada. Sus ojos eran grandes y almendrados. Pero lo más raro de ella fue las buenas vibraciones que me dieron, era como si fuese como yo. ¿Por qué pensaria eso? que cosas más raras pienso últimamente. - Gracias por ayudarme a levantarme. Entre toda esta gente no ve uno hacia donde camina.

La verdad es que en parte de lo que decia tenia razón. Habian muchas personas que no hacian caso si veian a un niño tirado en el suelo o herido. Esta sociedad de hoy en dia, aun que yo no podia decir que fuese un alma caritativa. No estaba ayudando a todo el mundo que se pasaba al lado mio aun que tampoco los dejaba de lado. Me dijo que se llamaba Anastasia ¿no era ese el nombre de una princesa de un cuento de hadas? Creo que si. Le sonreí y le dije - Yo me llamo Fénix. Un placer señorita - Le saludé yo tambien.

Lo cierto es que no creia mucho en esas cosas. Pero mi poder de fuego era algo......¿desconcertante? no muchos humanos tienen este poder. Solo los magos y que yo sepa no lo soy. Le sonreí y le dije intentando parecer sincero - Le sorprenderia de las cosas que yo creo, señorita. Por ejemplo: Esta mañana estaba casi seguro de que hiba a ser un dia normal sin cosas extrañas y ahora me veo aquí hablando de fantasia.

Un gato negro apareció por la calle. Había decidido llevar ésta forma por que resultaba muy cómoda y la gente no solía pararse a mirar a un gato negro.

Mientras paseaba elegantemente, vi a un par de jóvenes, así que decidí acercarme. Mientras me acercaba, verifiqué que no eran peligrosos, ya que en mi parecer solo eran un par de humanos.

Comencé a hacer un 8 entre las piernas de la chica, mientras me acariciaba contra ellas y ronroneaba.

- Meow! - exclamé, llamando su atención.

¿Vivirla? eso ya son palabras mayores. No creo que nadie pueda vvir la fantasia. Bueno no de un modo tan......fantástico, con mágia, demonios y todas esas cosas tan guais. Me reí ante su pregunta y le dije incrédulo - Pues lo extraño si que seria vivirlo, aun que quien sabe, puede que algún dia la fantasia se haga realidad - Le dije sin creerme mis propias palabras. ¿Que la fantasia se haga realidad? Ni de broma.

-Oh. Puede que ya se haya echo realidad ante neustras narices y no seamos capaces de apreciarla -la muchedumbre de vez en cuando conseguia arrastrarme hacia atras pero me mantenia firme. Ese chico tenia un algo que no conseguia averiguar.


off: pregunta, no puedo mencionar nuestro mundo si me doy cuenta de que eres un angel porque asi te fastidiaria la historia no?

El gato se enfurruñó.

Salté, me apoyé en su rodilla y volví a saltar, para colocarme en la cabeza de Pula. Me tumbé en ella mirando hacia su espalda, y ondeé mi cola delante de su cara, como si ella fuera una luna de un coche y mi cola el parabrisas.

- Meew...- bostecé timidamente.

Off: Puedes contar cosas de vuestro mundo a Fénix ya que el no sabe nada y tiene que saberlo de alguna forma.

Miré con los dos ojos bien abiertos. Estavamos hablando y de repente un gato se le sube a la cabeza a la chica. Y yo señalo al gato con el dedo y digo - ¿Es tuyo? Parece que te conoce - Cojo al gato para quitarlo de encima de la cabeza y le digo a la chica - Lo que decias de los mundos de fantasía. Si algo asi se hubiese hecho realidad, te lo aseguro, me habria dado cuenta - Le sonreí ante aquella cosa mientras acariciaba al gato. Era un gato mono pero nos habia interrumpido de lo que hablabamos.

Ronroneé mientras me acariciaba. Trepé por su brazo hasta llegar al hombro y alli, me quedé colgado, teniendo las patas traseras por detras del hombro y las delanteras por delante, y dejando caer la cabeza hacia delante en una postura cómica.

- Meew...! - Dijo, en un gesto cansado.

Acaricié al gato la cabeza. Parecia un gato muy bien y gracioso, pero lo raro era de donde habia salido. Seria un gato callejero, aun que algo de él me extrañaba. Miré a la chica con una sonrisa y le respondí intentando parecer que lo sabia bien - Pues me daria cuenta por que a mi no se me escapa nada. Como los ángeles. Mucha gente creen en ellos y nadie los ha visto. ¿Si existen como es que nadie los ve? Pues es por que no existen.

En cuanto Anastasia me cogió torcí ligeramente la cabeza hacia la izquierda, enfoqué las orejas hacia la nuca y le puse ojitos (tipo el Gato con Botas de Shrek).

Ronroneé de nuevo cuando me puso en su hombro y me acarició y después de eso me puse a juguetear con su pelo con una pata.

- Mew mew! -dije divertido.

La verdad no habia mucha gente ya, pero no perdia nada por ir con ella. Solamente la acababa de conocer hace unos minutos y ya me estaba preguntando que si queria acompañarla. Da igual, aun que sea una spicópata sabria apañarmelas.......o eso creo. Afirmé con la cabeza y cogí al gato que estaba jugando con mi pelo. Me lo puse en la cabeza y seguí a la chica haber a donde me llevaba - ¿A donde vamos?

Dejé que me cogiera y me pusiera en su cabeza. Aunque suene raro, el gato estaba cómodo en su cabeza. Me coloqué de la misma manera que en el hombro, con las patas colgando mientras me peinaba un poco una oreja con la pata.

- Nya...- bostecé.