Caminando por el Palacio

Me levanté y fingí vitalidad. Una noche en vela no iba a quitarme las ganas de vivir de día.- Me encuentro bien, por una noche no pasa nada, de veras - dije sonriendo.- ¿Quieres que hagamos algo? Podría cazarte el desayuno, o nos vamos al palacio a comer, lo que tu quieras - dije alegremente. Ahora mismo, me importaba más atender las tareas que Kira me encomendase en vez de dormir en una cama de palacio.

Negué rotundamente.- Kira, te prometí que siempre estaría a tu lado para protegerte y cumpliré esa promesa. Quien sabe, si duermo puede que estés fuera de palacio, o puede que te haya pasado algo . . . y no quiero eso. Además, soy un licántropo, mi resistencia es superior a la de un humano - dije sonriendo. Parecía que me estaba poniendo algo paranoico . . . pero quería cumplir mi promesa a toda costa, no quería que viese que la mentí. Ella fué demasiado buena conmigo, ahora me tocaba a mí.

Estando paranoico no ganaba nada . . . y estando cansado no podría defender muy bien a Kira . . . así que asentí con la cabeza, aunque me negué a dormir en el palacio. Además, como licántropo que era estaba acostumbrado, y cuando estaba enfermo me acostumbré a los sonidos de la naturaleza y no me molestaban en conciliar el sueño.- Kira, tu dormiste a la interperie, yo que soy un ser inferior a ti no debería de tener esos lujos de dormir en una cama cálida . . . - Me acerqué a un árbol seco cuya madera aún no estaba podrida y me tumbé bajo el.- Buenas noches, mi reina - dije sonriendo y cerrando los ojos. En poco tiempo, estaba dormido.

Pasaron las horas rápidamente, hasta que ya estuve descansado completamente. Me desperecé y lo primero que ví al abrir los ojos fué el reflejo de la mirada de Kira en el lago . . . desde la perspectiva que estaba, los rayos de Sol chocaban contra Kira y parecía que irradiaba luz . . . como si fuese un ángel, pero no me percaté de esa coincidencia horaria . . . su mirada era fría como cuando la conocí . . . supuse que había pasado algo, aunque ahora que lo pensaba, quizás esos eran sus ojos cuando yo no estaba . . . quizás esa mirada triste fuera por su cruel pasado . . . intentaría hacer que ella volviera a sonreír y que sus ojos volviesen a ser dulces como los ví aquella pasada noche. Me levanté enérgico y volví a mirar a Kira. Me apoye en el árbol y no dije ninguna palabra, me dediqué a contemplarla levitar sobre el lago.

Pude percibir en su reflejo que andaba pensativa.- ¿Que te ocurre, Kira? - dije aun mirándola por el reflejo. Se le notaba, además de pensativa, algo preocupada, y no me gustaba verla así. Si se trataba de alguna misión, yo mismo me encargaría de ejecutarla con tal de que dejase de estar así. Casi nunca, a excepción de la charla nocturna que tuvimos ayer, la ví preocupada. Esperé su respuesta mientras me ponía los pelos en condiciones.

Asentí con la cabeza.- Creo que dormí demasiado . . . al menos vuelvo a estar en plena forma - dije sonriéndole. Sabía que le pasaba algo . . . lo intuí por su mirada. Decidí dejar el tema, quizás con más naturalidad me lo diría. Ya era más o menos medio día.- ¿Que has hecho todo este tiempo mientras descansaba? - pregunté con curiosidad mientras seguía sonriéndole. No creía que se hubiera ido, ¿habría estado en el lago todo este tiempo? Si hubiera hecho eso, quería decir que le importaba bastante y que quizás estuviera atenta a cualquier peligro que me podía pasar mientras dormía. Decidí esperar su respuesta mientras la miraba tiernamente.

- Tenía ciertas cosas con las que soñar, como contigo - dije sonriendo. Miré el cielo y me di cuenta de que ya casi era medio día por la posición solar. Después volví a mirar a Kira. Había estado allí bastante tiempo, desde el amanecer hasta ahora.- No deberías haberte quedado en el lago . . . te has puesto en peligro innecesariamente . . . - dije bastante serio.- . . . aunque te lo agradezco, eso es señal de que me tienes mucho aprecio ^^ - dije volviéndole a sonreír alegremente. Sabía que ella me tenía aprecio, y lo demostró quedándose en el lago. Por primera vez, con ella empecé a sentir una sensación extraña de cariño y seguridad, lo que se podía decir como si ella fuera mi única familia.

La miré con ternura.- Pues claro que soñé contigo, no puedo soñar con nada más, eres lo único que tengo en la vida - dije sonriendo con ganas. El sol brillaba desde su trono y era un día muy apacible. Me brillaban los ojos por los rayos de éste, y el agua del lago empezó a moverse gracias a un viento de medio día. Mi pelo empezó a revolverse.- ¿Quieres que hagamos algo? -

- Claro, a dónde quieres ir - dije sonriendo. Me preguntaba si a ella le gustaría ir a lomos de un lobo ártico corriendo por ahí, ya me imaginaba la escena. Ni me fijé de que se había acercado a mí. Este último día había sido genial, me encantaba estar al lado de Kira tanto en los momentos difíciles como en los fáciles. Como me temía, se había hecho una pieza indispensable en mi vida y no podía olvidarla nunca, era mi único propósito en la vida y no podía dejar de pensar en ella.

- Podría llevarte a muchos sitios, pero estaríamos muy lejos de palacio a la hora de volver . . . y eso no le gustaría a tus súdbitos - dije mientras sonreía con cierta tristeza. Si esa escoria tocaba a Kira, no me importaban las consecuencias, me transformaría en licántropo y me llevaría a la tumba a todos los demonios que pudiera. Con Kira estaba muy feliz, y no iba a permitir que mi felicidad acabase por unos envidiosos demonios. Pasabamos mucho tiempo juntos desde que la conocí, y a lo mejor eso era malo para sus relaciones con su reino. No quería ser un estorbo, pero si ella quería estar conmigo nadie se lo podía impedir. Desde que nos conocimos, Kira ha sido mi pedacito de cielo y no quería separarme de ella por nada del mundo.

Sonreí alegremente.- Como quieras - empecé a transformarme en lobo y lo primero que hice (como planee el día anterior para que sonriese) fué lamerle las piernas. Después hice un ademan con la cabeza para que se subiera. Seguía mirándola con mis ojos almendrados mientras esperaba a que se subiera a mi lomo. Empecé a mover el rabo como muestra de agradecimiento por todo lo que había hecho por mí estos últimos días. Después, miré el frente mientras seguía esperando que se subiera.

Negué con la cabeza y como solía hacer cuando empezaba una carrera, aullé para que las criaturas cercanas se apartasen y empecé a correr con Kira en el lomo. Fui algo más lento de lo normal, aunque seguía siendo una velocidad muy alta, para asegurarme de que Kira iba bien. Tardamos bastante en cruzar la tierra de los demonios, pero por fin cruzamos la frontera (esto se notó porque la vegetación empezaba a crecer sin problemas y no había plantas marchitas, incluso había fauna). Seguí corriendo en busca de un buen lugar para pasear.