Sobre la torre más alta de Nirredia.

La ciudad, tan tranquilamente sumida en su cotidianidad, no logró advertir la grácil figura alada que se posó sobre uno de los tejados de los edificios más altos de la ciudad. Sus alas se escondieron, y se quedó allí, acechando.

Se trataba, pues, de un ángel.

La chica se acomodó allí, tomando una buena posición en la que le permitiera divisar por completo la ciudad.

"Vamos a ver... por dónde podría empezar..."

En la ciudad seguía transcurriendo el tiempo. Nada interesante...

Entonces, Krysta notó una presencia. Segundos más tarde, alguien abría la puerta. Tap, tap, tap. Por su aura pudo identificar que era uno de los suyos. Parecía que iba a ser ella quien iniciase el diálogo, o, quién sabe...

Esbozó una media sonrisa y, sin volverse, le dirigió la palabra.

- Vaya, vaya... ¿qué le trae por aquí? - dijo casi en un susurro.

Krysta alzó una ceja al oír sus palabras.

- Así que se trata de algún tipo de información... - murmuró para sí.

Estuvo callada durante unos minutos, sopesando una respuesta. Finalmente, una idea le vino a la mente.

- Puede que sí... - dijo en otro susurro.

Volvió su cara a la chica. Su extraño tatuaje facial en la parte izquierda se le vio claramente, cual ponzoña empañando un estanque de aguas cristalinas. Sonrió amablemente.

Krysta se rió.

- Hum... bueno, me presentaré para dejar de ser "cualquier desconocida" - dijo recalcando grácilmente las dos últimas palabras.

Le tendió la mano.

- Mi nombre es Krysta Wyrick, hija de la 54ª generación de la familia Wyrick...

Sonrió amablemente.

Krysta alzó una ceja.

"¿Híbrido? ... Interesante."

Cambió la expresión de su rostro a una más amable.

- Bueno... si quieres que te sea de ayuda...

Apoya el codo en el borde del mirador.

Krysta se puso a pensar.

- ...

Tras una breve pausa, respondió.

- No... lo siento...

Más seria, volvió a hablar.

- Los bastardos no aparecen en profecías.

Krysta le miró con una cara de incredulidad.

- Pero... si yo no tengo ni idea de lo que me hablas...

Se lleva la mano a la espalda, buscando algo.

- ¿Es algún tipo de información?¿Nos va a atacar un bastardo...?

Krysta, con paciencia, sacó un pergamino y una pluma de un compartimento en su traje. No tenía ninguna intención de atacar, ni mucho menos. Solamente buscaba más conocimiento.

- Bastardo quiere decir maldito, impuro... así se considera a los ángeles de alas negras...

La miró con frialdad.

- Son los estamentos de los ángeles.

Krysta le miró con indiferencia.

- Puede... pero son nuestras leyes.

Krysta adoptó un semblante pétreo.

- Todas las ocasiones en las que ha aparecido un ángel negro, ha habido grandes catástrofes para nuestro reino, todas, científicamente demostrado, producidas por los sujetos.

Krysta alza una ceja.

- O... ¿acaso no has leído los documentos históricos del Reino...?

Krysta negó con la cabeza.

- Cómo se nota que no has pisado la biblioteca...

Carraspeó.

- La creencia se remonta al primer ángel negro...

Krysta le echó una mirada helada.

- Te contaré los hechos del pasado, si eso te hace reflexionar un poco.

Con un grácil salto, se sento en la balaustrada, a espaldas del vacío.

- El primer ángel de alas negras provocó la llamada Era Oscura. El llamado Elgareth fue producto de una mutación de las melaninas que coloran las alas de nuestra especie. Un muchacho corriente, a pesar de su diferencia. Los Sabios sospechaban algo en el interior de aquella criatura, pero callaron. Hicieron mal.
Aquel muchacho de alas negras, cuando cumplió los 100 años, decidió irse del Reino, pues no se sabe a ciencia cierta lo que pasó, pero a los siete días vino liderando una cuadrilla de demonios y criaturas abismales.

Krysta hizo una pausa para tomar aire.

- Arrasaron la capital del Reino y le cortaron las alas a la mayoría de la población... - susurró.

Para un ángel puro como ella, aun siendo historia de hace milenios, hacía que se le encogiera el corazón. Cortarle las alas a un ángel era una aberración, el peor destino. Preferirían morir antes de verse sin alas.

- Lo peor fue cuando asesinó al consejo de Sabios... Según tengo entendido, los descuartizó y luego se suicidó...

Krysta bajó la cabeza.

- Algo parecido ocurrió con el segundo... y con el tercero... Hasta que se tomaron medidas.
Los nacidos con negras alas, eran desterrados del Reino, evitando así problemas.

Krysta alzó una ceja, con curiosidad.

- ¿Él...?

La miró largamente, esperando una respuesta. Krysta se estaba construyendo interiormente una hipótesis a raíz de las últimas palabras de la chica.

Pero calló y no dijo nada más.

-Si "el", "el" de "el angel de alas negras" que conoci y no tenia ni idea de lo que era ni de sus poderes ni de nada.

Cada vez esa chica me ponia mas nerviosa,pero claro, seguramente eran perjuicios mios pensar que no era de fiar.

Krysta abrió mucho los ojos.

- ¡¡U... un ángel de alas negras!!

Se tapó la boca.

- ¿No me estarás... mintiendo, no?

Krysta podría ver su hipótesis confirmada. Si la pequeña híbrida no bromeaba, y accedía después a mostrárselo, su biblioteca particular de información se vería algo más llena.